El es la suave brisa
que a mi alma enamora.
Es la montaña
que firme me espera,
es sol que alimenta,
manantial que me alegra.
El es pasión que libera,
volcán que me hace presa.
El es el hombre
por quien suspiro
y en sus versos me enreda.
Es la delicada voz
que en la madrugada me arrulla,
es el beso eterno
que siempre me estruja.
El es ese amor
que a mi alma hace palpitar,
un regalo de Dios
que me enseñó a amar.
YOLANDA BARRY.