Por las noches, en penumbras;
fantasmas tiritan miedo.
Van avanzando cual tumbas
asustando mis desvelos.
Danzando entre formas lánguidas
van derramando su pánico
por solitarias colinas
de esotérico destino.
Se aceleran mis latidos
y el corazón ya agitado,
ahogando sus respiros
va alucinando alocado.
Con los miedos abrazados
se han ganado su terreno;
el ser está desbastado
en un delirio sin freno.
Mas, la noche finaliza,
un nuevo día comienza
ya que un rayito ilumina
al alma que se despierta.