Ella llora con lágrimas de sangre
roja, como la flor que él le ofrece,
momento antes cuando con un café
la sincera amistad a ella promete.
Con cantos de sirena como cuando
siendo alumna su bailar le enloquece
- baila mi niña baila - con la copa
de buen vino que su mano sostiene.
¡Cómo la engaña el viejo malandrín!
¡Cómo juega con mi niña doliente!
qué en busca de afecto y compañía
incauta su amor entrego un septiembre.
Porqué fue dura la vida mi niña
si tu cuna como otra igual se mece,
que culpa tenías que en la pobreza
nacieras rodeada de aguardiente,
dónde perdieron tus padres el orden
azotando tu niñez con placeres.
prohibidos para todos los menores
de los cuales eras una sirviente.
Siempre sola en el rincón marginada
en compañía de libros aprendes,
otras culturas, abres los ojos
y comprendes que si lees y lees
serás al fin libre y podrás soñar
con un mundo más humano que no engendre,
sentimientos malvados que ya conoces
te hicieron mucho daño, te dolieron.
No se mi niña como tu caíste
en las garras del malvado vejete,
que sólo quería tu sangre virgen
y así con besos de traidor comerte.
Como el lobo a la bella Caperusa
de tu frágil inocencia beberte.
Libros, libros, libros; lee mi musa
que luego del saber de tu cimiente
el frustrado profesor robará,
la novela que con ardor te apremie
violando con esa firma farsante
el trabajo de tu mente valiente.
¡ Qué cobarde el villano profesor !
tu libro del cual él ahora miente
rubricando autógrafos como suyo;
lo robo de tí mi niña inocente.
¡Como podía enseñar el traidor
Derecho con esa pompa solemne!
de aquel que por creerse un gran señor
a tus ojos con malicïa aceche.
Pobre niña ilusa que se enamora
de un hombre que solo es palo trinquete
treinta años mayor que mi incauto amor
el cual con su voz de timo la envuelve.
No le basta el engaño con que hurtó
la rosa que en tu juventud florece
que era la mâs bella flor que jamás
en su sucia y negra vida merece.
Pero el engaño solo caería:
sexo con otra y tú ¡de él te alejes!
convirtiéndose en rana tu vil príncipe
que amargo llora y mucho vino bebe.
Hoy él regresa después de unos años
oculto tras la sombra del que miente;
para abrir la vieja herida que sangra
e impedirle a la vida que la cierre.
Un beso y una flor.
Alfredo Daniel López.