¡si mi amor! he visto
a los alacranes inyectarme su veneno
¡anda! no demores tanto
y sepultame en este solitario terreno
observa como la hiedra
se adhiere a mi cuerpo
es porque estoy cubierta de sangre
en un rato más seré solo un recuerdo
lo único bello aquí, son tus ojos
que mientras muero me observan
a pesar de que me perforaste el vientre
la tranquilidad en ellos, conservas
-ven aquí por favor
acércate y dame un beso
no te arrepientas ahora,
ya es muy tarde para eso-
me he enamorado de él
¿y como no hacerlo?
miren sus manos, sus ojos, su pelo
no me importa que tenga poco tiempo para quererlo
se ha puesto de rodillas
para tomarme entre sus brazos
de mi boca brota la última sangre
siento mis pies fríos, pues están descalzos
-chico de lindos ojos oscuros,
no te quiebres en llanto,
recuerda que eres un asesino,
no creo que mi muerte te duela tanto-
la muerte tiende su mano hacia mí
me invita a que la acompañe
-¡por favor avísale a la gente que morí!-
aunque no creo que alguien me extrañe
de repente mis ojos se cierran
y mi cuerpo azotó al vacío
mi amor fué quien me enterró
bajo ese suelo frío.
Gladys Sarai Hernández Ruiz.