te lo ruego, retrasa el reloj que marca en ti,
el tiempo de mi olvido.
Cuando el amor permanece en la distancia,
la magia de la pluma del poeta
puede seguir escribiendo,
sobre el contrato de dicha eterna
que arde bajo la flama de un mismo ser.
Deja que mi boca murmure su tiempo de sueños y misterios
en la virtual encrucijada de tus pechos.
Siempre me pregunto...
¡Qué lluvias de afanes arrecian sobre tus pensamientos.?
¿Cuanto estoy en ellos ...sobreviviré?
¿Cuales son tus sentimientos más secretos sobre mi?.
Yo quiero estar...
cuando tú creas que nadie te necesita
y ausente cuando todos te reclamen.
Ahora en soledad,
a solas con tu foto y mis dolores,
abrumado, en silencio, en esta madrugada
la más fría de tus ausencias,
espero y desespero en silencio.
Solo quiero estar presente
en ese día de gloria,
cuando pueda ser tangible
ese soñado momento,
en el cielo de tus más preciados anhelos.
Me siento el usurpador de tus sueños imposible,
el nexo que separa lo etéreo de lo posible,
en la arista de tu realidad.
Ese hilo de seda,
que une los instantes de las cosas más bellas,
que están escritas,
en lo más profundo del libro de tus deseos,
en la página más preciosa del resto de tu vida.
Tú eres el presagio de mi último sol,
la realidad de mi primera luna de eternidad,
Acuño en mis ojos
los miles de paisajes de tu cuerpo,
ese acantilado profundo
donde reside el secreto más fecundo,
de tu desmedida forma de amar.
Quiero ser la sombra que va delante de ti,
cuando el sol de la incomprensión
pretenda cegarte de mi querer.
Eres esa ánfora de carne húmeda,
vientre donde palpita mi razón de ser.
¡No lo puedo evitar!
¡No lo puedo evitar!
Caigo en el profundo llamado de náyade de tu voz.
Solo quiero ser el verbo de tu querer,
el génesis de tu ser,
la apocalipsis de tu razón,
La sangre de tu corazón,
mientras me permitas
seguir viviendo en vos.
L.M