De noche me respira el alma tu recuerdo
y vienen a mi mente tantas cosas nuestras,
las risas, los juegos y momentos felices
que juntos pasamos sin ningún miramiento,
se me escurre una lagrima de sentimiento
porque te fuiste sin siquiera despedirte,
que martirio y que tormento me dejas
en este rincón de mis lamentos.
Te llamo a gritos envueltos en silencios
evocando tu figura entre las sombras,
callado te escucho decirme te quiero
en el susurro que sopla el viento,
le cuento a el cigarro la pena que siento
cuando entre mis dedos se consume,
es tu ausencia el cristal que se rompe
cuando se cae al suelo mi presencia.
Y lloro, maldigo y reclamo al tiempo
tu pronto e inoportuno alejamiento
¡Porque tuviste que irte antes de tiempo!
si aún nos faltaban risas, abrazos
y uno que otro lamento.
Este hoy que vivo es solo un mal recuerdo
y no espero del mañana nada que importe,
no estarás ahí, esperando para besarte
y yo no estaré ahí para a diario abrazarte,
el cigarro también ha muerto,
en humo se ha convertido, como tú,
que ya eres polvo que vuela en el viento
o como yo que soy solo un lamento
que vive en la entraña de lo incierto
donde lo mundano es pan nuestro
en este mundo sin ti imperfecto.