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EL PEDO

Antes de leer este poema, fijaros en el título.

Es lo suficientemente explícito como para intuir de qué va.

De antemano, mis disculpas si su lectura pudiera herir sensibilidades u ofender a alguien.

Es solo humor sobre un tema que muchos pudieran considerar tabú, pero que personalmente no lo entiendo así.

 

Estaba en un restaurante

De esos de mucho postín

Que cuestan un potosí

Porque son muy elegantes.

 

Después de haber disfrutado,

De una cena suculenta,

Yo le dije a la parienta

Que me iba al excusado.

 

Y allí me estaba aliviando

Con gran placer y sosiego,

Cuando se me escapó un pedo

De esos que salen sonando.

 

Menos mal que aquel señor,

De aparente buena cuna,

Sin extrañeza ninguna

Y mirando alrededor,

 

Me dijo: \"Salud, señor,

Que en esta cuestión de vientos,

No existen remordimientos,

Aguantarlos, es peor\"

 

Luego después, en mi casa,

Me acordé del ascensor,

Aquel día de labor,

Que me fuí a pagar las tasas,

 

Y se montó una muchacha

Que subía hasta el noveno,

Que con aspecto sereno,

Pero, también vivaracha,

 

Entabló conversación

Con los que estábamos dentro,

Y se colocó en el centro,

Generando expectación.

 

Y antes de ir por el segundo,

Todo el mundo se miraba,

A la vez que respiraba,

Cada vez menos profundo.

 

Y es que el aire se tornó,

Al momento irrespirable,

Que el tufillo era notable

Y por momentos, creció.

 

Y aquella guapa muchacha,

Como que nada pasaba,

Aunque un tanto sonrojada,

Continuó su dicharacha.

 

Y fue llegar al segundo,

Y el ascensor vaciarse,

Pues había que librarse,

De aquel olor nauseabundo

 

La muchacha se quedó,

Con lo cual quedó patente,

Que aquel olor repelente,

Ella misma lo expelió.

 

Y es que en esto de los pedos,

También existen las clases

Algunos parecen gases

Y otros suenan a torpedos.

 

Hay que tener mas cuidado,

Con esos vientos traidores,

Porque son devastadores,

Si te pillan encerrado.

 

Yo soy mas de ir por derecho,

De ese viento que yo escucho,

Que aunque el ruido sea mucho,

Te deja menos maltrecho.

 

Aunque yo los considero,

Como una necesidad,

Si echas tu ventosidad,

Piensa en tus compañeros.

 

Sea cual sea el estilo,

Procura la intimidad,

Solo por salubridad,

No hace falta ni decirlo.

 

Mayo de 2015

Jose Cruz Sainz