Te aguarda el mismo
Pórtico de la casa vacía
Cuyo patio es un extenso
Bosque que declina y un
Gris lago. Antes de entrar
En ella sostienes la culpa
Y la emoción en un solo
Suspiro profundo. Te
Inundan incontables
Hojas secas y el silencio
Cómplice.
Empujas la puerta y sientes
Como el tiempo ha dejado
De existir, en vano fueron
Los imperios y las sinfonías,
El Canzoniere in vita e in
morte di madonna Laura,
En vano el sufrimiento y
El triunfo de la muerte, en vano
Los mares del albatros y Las flores del mal,
En vano cada elegía y cada réquiem.
Se cierra tras de ti la puerta
Y la miras a ella, es la misma
De cada encuentro. Todo
Pasa a ser polvo en el universo
Menos ella. Contemplarla
No es suficiente (ese es tu infierno),
La buscas febril, la sigues y siempre
Esta a unos pasos, nunca la alcanzas.
Despiertas y a tu lado duerme
Casi con ternura una mujer
Que no es ella (y cuyo nombre
No es Laura). Nunca sabrá lo que
Sueñas, esa profunda estancia
De tu ser está prohibida a sus
Pasos.