Vendrán después de mí, os lo aseguro,
y no serán mis hijos ni los hijos nacidos de mis hijos,
os traerán su verdad,
os colmarán de brillo artificial y de galaxias nocturnas,
pensaréis que son dioses,
Afrodita, Saturno
y os dirán finalmente que escribáis dos mil veces
el nombre de mi madre.
Serán seres bilingües,
pero lo nos creáis,
banqueros jubilados, profesores de niebla,
pero no los creáis,
sabed entonces
que los números tántricos producen impostores
y es difícil reparar en sus símbolos
y sabed sobre todo
que jamás redacté mi testamento ni he dejado en herencia una mujer
ni he tenido sobrinos
ni hermanos periféricos.
Os amé de antemano,
me entregué
y eso es todo.
Quien os hable por mí y se atribuya mi sangre,
os lo repito,
será un suplantador.