Los zapatos de mi mamá, me quedan grandes
La verdad que en estas fechas del ‘Día de la madre’
Muchos suelen decir
‘Mi mamá, es la mejor mamá del mundo’
Yo solo diré que sus zapatos me quedan grandes
Ella, quedó viuda joven, y no se volvió a casar.
-No le faltaron pretendientes-
Mis dos hermanos mayores, ya estaban casados
quedábamos cinco hijos, dos mujeres y tres varones,
y cuatro nietos, dos varones y dos mujeres,
a quien hasta hoy, vemos como hermanos.
tengo uso de razón, que nunca nos faltó que comer.
Estábamos en colegio, para tenernos más cerca.
Ella, se levantaba de madrugada…
A partir leña, a hacer tortillas,
y a despachar en la tienda.
¿A qué hora dormía mi mamá?
Dormía cinco o seis horas diarias.
No hay un día, que no recuerde a mi madre.
Fuerte, valiente, servicial, y con principios,
Nos enseñó a trabajar, ser honestos, leales, fieles,
Nos inculco la fe en Dios, en nosotros mismos.
Sus zapatos me quedan grandes.
Yo nunca me levanté…
a las cinco de la mañana a partir leña,
No tuve que amasar veinte kilos de masa,
para hacer tortillas para vender,
ni la lista, para surtir la tiendita.
Mi mamá fue única…
Soy lo que soy, gracias a una mujer que dejó huella en mí.
Vivió noventa años lúcida, amando a nietos y bisnietos
Su recomendación número uno. Que como hermanos
Siempre nos apoyáramos y viéramos uno por otro.
Así era mi madre, digno ejemplo a seguir.
Pero sus zapatos me quedan grandes.
Alicia Pérez Hernández
-No es la pluma la que escribe, es el alma
Todos los derechos reservados©