Deje de mirar atrás
porque la mera indulgencia
me consumía viva cual compás,
dejando de lado cada anuencia
tomada por la vida.
Sin refugio alguno,
tan solo dolor creciente apareció,
tan ajeno como cualquier color,
tristemente me consumió.
Decir ádios no es una opción,
cuando el que se involucra
no es mas que el corazón,
sin decirte que la abrumadora
sensación, termino en condición.
Por que para amarte,
no existió alguna decición,
tan solo miedo de perderte,
en el fondo de mi corazón