Formas en la espuma del café,
formas en un vaso de cerveza,
forma de tu cuerpo, bella mujer,
la forma de tus labios
que revuelve mi cabeza;
agazapado en un rincón
de mi oscura habitación,
puedo ver bajo la cama,
en el techo, tras los cuadros
y a través de la ventana,
el brillo incesante
de tus ojos impíos,
jamás del todo limpios,
bastante sombríos.
Contemplo tu mirada,
sagaz y comprensiva,
tan llena de lástima;
adoro tu mirada,
ráfaga lasciva,
soy tu otra víctima;
te quiero conocer,
te quiero delegar
el permiso para qué
en mis poemas puedas entrar;
te quiero complacer,
te quiero sentir,
tan sólo te pido
que te vuelvas real,
mi tímida fantasía,
mi fiel melancolía,
¡ya estoy harto de soñarte!