Entre rocas cercadas,
un torrente...
de pasión caliente
se derrama
la tarde muere violenta,
en los entristecidos labios
de mi alma
un dardo de frío acero
atraviesa muy despacio,
mi enmudecido corazón
melancólicamente herido,
y en su dolor...
vencido
y es así como
muero enclaustrado,
y tristemente abandonado
entre labios de fría plata
apasionadamente muero
por no vivir herido...
triste,
melancólicamente
compungido...
En pálida grana.