Se abrieron las fauces
del animal adormecido
y te tragó el silencio.
Quedaron en el aire
aún tus nubes padeciendo
el atroz olor a inmerecido.
Tu cara sonriente, tu cuerpo,
tus pasos siguientes a lo indefinido.
La tristeza se clava con dolor y fuego
en la cruz de mi sueño inolvido
Un espectáculo dantesco
el amor muerto no nacido.