A LOS VIEJOS POETAS
Los viejos poetas
no han de morir nunca
toman un descanso
que no es muy extenso
y el sueño infinito
que vino por ellos
dejaron que sigan
viviendo en el tiempo.
La llama encendida
no se a de apagar
por el simple hecho
de que no estén más
quedaran palabras
impresas en hojas
esparciendo aromas
cual flores hermosas
de rimas, sonetos
poemas y prosas.
Si no esta su cuerpo
no querrán tu lastima
fueron al espacio
liberando el alma
llevan su poesía
su música el canto
aprenden el idioma
vivo de los pájaros
y beben las aguas
del cielo sagrado
Dejaron su cuarto,
su cama, su almohada.
dejaron el vino
que los inspiraba
dejaron su tinta
su pluma, su espada
con que combatieron
junto a la palabra.
Nos dejaron todo,
sin llevarse nada.
Nicolas Ferreira.