EL MAR
El salado baile de las olas me refrescó la memoria de aquellos tiempos en que temía y quería a la vez el azul del mar, cuando mi tío me explicaba, desde la arena, mil historias de las criaturas marinas maravillosas que allá había.
Decía que en el fondo del mar había delfines, criaturas nobles y bellas, que saltaban muy alto. Que eran libres y se sentían la felicidad en cada salto. Pero también había otros animalitos menos agradables, más oscuros y peligrosos. Centellas que me daban miedo, sus descripciones eran crueles pero ciertas. También me contaba de aquellos hombres que se pasaban la vida en alta mar y sus fatalidades. Y de allí me viene mi controversia. Me gusta el mar pero también le tengo miedo. Nada más ver los delfines que veo saltar me vuelven a la magia de aquellos veranos a la roca tan amada, observando la inmensidad. Y es ahora, que recuerdo sus palabras. La isla me espera, llamaré a mi tío, le diré el mensaje que el azul de la mar me da.
5 de agosto de 2014
Autor: Rafael Molero Cruz