Con el corazón se le ama y adora
ella de mi vida es la precursora.
Me consintió mucho antes de nacer
me ofreció con sus pechos de comer
me enseñó paso a pasito, a correr
y con paciencia me enseñó a leer.
Me mostró las actitudes positivas
desde las diferentes perspectivas.
Y yo desde aquel instante hasta ahora
no la he dejado a ella de querer
por tantas dichas rememorativas.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela