Si mi mirar pudiera reposar desvanecido
por los atrios del recuerdo adolorido
con tan solo recordarme de mi madre
mi mirar floreciera con un fuego vespertino.
Las alondras cantarían de mañana
por los vientos que acarician la espesura
porque solo en las madres se ha creado
el amor que se entrega con ternura.
Siendo Dios el que sabe de las cosas
que engalanan con fervor a la hermosura
diseño en su seno como rosa
a mi madre que destella con dulzura.
No hay palabra ni verbo más querido
que se encienda e ilumina como antorcha
al sonido que se esparce como un hito
al nombrar a mi madre como diosa.
LEO HENRY
(Leonardo Henrricy Santiago)