Mi tarde es gris, muy lejana y áspera en su abrazo.
Nada me sabe y, me pregunto, qué es la felicidad en este instante.
Quizás, la vida yace en los tormentos que enredan los amores de falsedad.
No sé por qué, no entiendo a dios; porque tan sólo me siento el ser más abandonado por la mano del amor.
Triste estoy y lo sé, pero dejaré la melancolía tras la máscara de una alegría que para mí hoy es mi propia farsa.
No me pregunten nada, porque nada he de decir, en mi arrebato de esta inmensa soledad.
Tristeza mía.
Marc Téllez González