GuillermoO

Una rosa absoluta (editado)

 

Porque pasé mi angustia por tu cuerpo,

y construí un tumultuoso mediodía.

Porque entre tus manos crece una rosa absoluta,

y en cada momento de nuestro tránsito

aparecen señales violentas que aletean en lo más cerrado de las ausencias;

y porque no he dejado de quererte y te pertenezco,

como la llama que es cosa del fuego,

o como el gusto que es cosa del verano.

Te quiero

desde el momento en que penetraste en la turbulencia de mi sangre,

y mi sangre fue quemada entre tus labios.

Te quiero porque estamos lejos de todo paraíso,

y nuestro penoso infierno es nuestro.

Protégeme de otro cuerpo,

sálvame de otras almas.

Ya no estoy solo.

Marcharemos siempre juntos hasta comprender

que ninguna pulsación es inútil.

 

G.C.

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