Sabes... no es la primera vez que me siento a pensarte,
Bueno, quizá ésta vez tan sólo una dosis de recordarte,
Buscarte mirando a las estrellas, sin hallarte entre todas ellas,
Bellas lucen sin luz de luna, esa luz que me ilumina como ninguna.
Sabes... ni lloro ni me río, pero las veces que te pienso casi siempre sonrío,
Bravío nuestro mar que desborda alguna lágrima herida,
Un mar que por deshielo pone distancia a nuestras vidas,
Divididas siguen nuestras almas perdidas,
Sabes... no creo que se encuentren,
Seguramente no fueran las elegidas,
Tu cada vez más lejos, yo cada vez más ausente,
Pasan las horas, los días y sigo sin verte,
Perderte pero no olvidarte, siempre un buen corazón latirà en tú arte,
Siempre mi pasión pudo inspirarte, regalarte mi poesía,
Cuando suelo recordarte trayendo melancolía,
Fría filosofía que nos unía...
Sabes... parecía un sueño que se realizaría,
Puse empeño pero se desvanecía,
Dueño de mis versos, dueño de tus ideologías,
Somos tan adversos... y ser tan feliz merecías,
Sabías... éste momento llegaría,
Alguien se cruzaría para ofrecerte su alegría,
Energía que me roba cuando un tiempo la tuya fue mía,
Sabes... a tí me dirigía, ahora me dirijo al viento,
Que me lleve lejos, muy lejos de este tormento,
Poco a poco forma un tornado,
Se lleva momentos bonitos dejando todo devastado,
Es cuando me vuelvo loca y grito al viento volado.
Sabes... no soy poeta, solamente te escribo con mis letras,
Describo sentimientos y tus vendetas,
Sabes sigues siendo mi último aliento al sentir que te alejas,
Muchos remordimientos hay tras estas rejas,
No son resentimientos... mi alma sentir eso no me deja.
Sabes... sin ti no valgo... lo sabes, tengo todo bajo letargo,
Mi arte... un cometido, juró jamás darse por vencido,
No contó dañar y dejar a un ángel del cielo malherido,
Así la maldición que nos conjura nos daría por vencidos,
Sabes... a veces me arrepiento de haberme rendido,
Vuelvo a buscarte y no te encuentro, entonces sé y siento,
Que no todo lo que brillaba era oro por dentro,
Que eran sueños bajo mi almohada,
Que podía morir mil veces ahogada en mi lamento,
Sabes... sigo sin estar curada,
Sabes... echo de menos amaneceres en la madrugada,
Sabes y yo también sé, que fue especial aunque no quede nada, aunque no pudo ser...