La zagala ansiaba de corazón
de su enamorado declaración.
Y él con aquella timidez extrema
no pudo jamás hablarle del tema
causándole así un inmenso problema
a quien tenía su amor como emblema.
Y la chica valiente y decidida
habló al chico del amor de su vida.
Entonces su voz se le hizo canción
y el alma se le convirtió en poema,
al ser dulcemente correspondida.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela