Llueve, el agua acaricia nuestros cuerpos
y tú, acaricias mi alma
con dulce ternura en la mirada
sonreímos al destino
sólos tú y yo en este navío
abrazamos un amor furtivo
Llueve, y no pronunciamos palabra
moja el agua nuestras almas
lavando las penas amargas
sonreímos al destino
nos amamos cada mañana.
Llueve, nos sumimos al olvido
de aquellos tiempos vividos
el sol asoma divino
en el horizonte de nuestro cariño
dándonos pequeño indicio
nuestro amor... será infinito.
ROSA ESPINA