Hoy no puedo
ver el cielo en el sol cegador
como ese papel en blanco
tantas veces odiado.
Desierto del alma
que guarda la vida que escapa
luego de haber dejado en mis manos
letras abandonadas, desordenadas
como hojas secas, en el otoño.
Quisiera, pero no puedo
correr por este espacio en blanco
dejando caer, de a poco
las hojas secas de otoño.