jorge enrique mantilla

MADRE, MI MUJER QUERIDA

MADRE, MI MUJER QUERIDA!

 

Como describir a la mujer, entre las rosas, la más maravillosa

Como calificar a la dama, entre los jazmines, la más preciosa

Como homenajear a la dueña de mis amores, la más esplendorosa

Como decirte mujer, que entre todas, tú eres la más hermosa

 

Tú eres mujer, la que comparte mis risas, la más sonriente

Abnegada señora, que no sientes fatigas ni dolores en su existencia

Dama mía, sus lágrimas son manantiales de amor, que emanan realmente

Mujer valerosa, de sus entrañas das la vida del Creador, su providencia

 

Admirable y sensible, hace de su cuerpo, ser corajuda y valiente

Inigualable mujer, que irradias bondad exquisita entre la gente

Que lo das todo, hasta su propia vida, por defender el honor de sus hijos naturalmente

Mujer incondicional, que reparte dulzura, como el agua cristalina de la fuente

 

Madre mía, de infinita ternura, que extiende sus brazos cariñosamente

Sus lágrimas ahogan los sollozos, que guardan secretos orgullosos y silenciosos

Los quebrantos de salud, los elude fácilmente, así sean dolorosos

Tu risa temblorosa te delata, saca de su interior fuerzas para todos, asombrosos

 

Madre, tus bendiciones son el aliciente, en mis labores en los amaneceres presurosos

Al regresar son tus besos gloriosos, que refrescan mi mente del cansancio riguroso

Tus oraciones, son las fuerzas en las noches frías, tormentosas, de aquel grito tenebroso

Madre mía, tu alimento, es el manjar que lo degusto como los dioses milagrosos

 

Madre verdadera, que repartes amor, como huracán desmedido de ilusiones

Que no escampa a la lluvia que te acecha y te llenan de vicisitudes

Tu corazón, lo atraviesan arroyos de fuente cristalina sin condiciones

Su cuerpo mujer, es una fortaleza que golpean las olas del mar, sus intenciones

 

Mujer, madre mía bella y santa, que resiste como el roble, la tormenta

En tus ojos, irradias el fervor de amor en tu abnegada y sonriente mirada

En tu inmenso corazón palpita el inmortal cariño de tu regazo

Su alma limpia y pura, me cubre de bondad, de dicha y felicidad, en un fuerte abrazo

 

Bendita seas por siempre, madre mía en su infinita adoración

Que Dios la proteja y la guie por los senderos de su adorable existencia, agradecida

Serás para mí el regocijo inmenso, de tus besos, tus miradas, la bendición

Sonría madre querida, que aquí está tu hijo, que te adora y te cuida toda la vida.

 

“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga 10 mayo- 2015

Feliz día a todas las Madres del mundo, que Dios y la Virgen las protejan!