¿Quién golpeó mis ojos
para que quedase ciego?...
¿quién apretó mis carnes
hasta dejarme seco?...
¿quién se subió a mi lecho
cuando yo no estaba?...
¿quién me robó mis hijos
con sus besos...?
Por buscar el Sol que fue primero,
por mirar el Alfa, el Omega,
por despegar mis pies heridos de la tierra,
por querer beber fuego de los cielos...
¿Quién estará conmigo cuando ya no pueda
levantar la cuchara hasta mi boca,
doblar en dos a mis espaldas,
sobre mi almohada, una toalla?
Por querer convidar mi pan (que me sobraba),
por albergar errantes misioneros,
por besar los pies cansados que trajeron
a las puertas de mi casa el Evangelio...
¿Quién querrá dormir conmigo ahora
en que he perdido mi dinero?,
¿quién me brindará una caricia
sin ponerle un precio...?
Por amar la justicia...
por amar primero...
por amar... Señor,
sólo por eso...
¿Quién se robó mi casa que, felices,
otrora, mis manos construyeran?,
¿quién miró mis películas en mi video?,
¿quién buscó palabras en mi diccionario?,
¿quién aprendió la ciencia en mi enciclopedia?,
¿quién guardó su ropa en mi ropero?
Por amarte, Señor...
sólo por eso.