Queridos hermanos Chilenos
¡Que somos hermanos! Primero en Cristo, por naturaleza
y espíritu, también lo somos del mundo y del Continente Americano.
Además, la naturaleza nos hermana, en infortunios, sin que adivinemos lo que nos tocará vivir y sufrir.
Todos estamos expuestos y todos somos frágiles,
como niños,
PERO LA FÉ, LA ESPERANZA Y EL AMOR NOS DISTINGUE
y aferrándonos a Dios, es posible salir adelante.
Dura prueba estáis pasando ahora, queridos chilenos,
momentos de horror y tristeza, sin medida.
Vivistéis los segundos alargados por la angustia,
que llegaron a minutos, casi en una agonía,
sin saber qué ocurriría.
Habéis enfrentado con coraje inusitado el nuevo día;
día que trajo la triste realidad, dura y fría.
Muchos hermanos que no resistieron la natura embravecida
y sus cuerpos están siendo, rescatados entre escombros.
El dolor se siente, se lamenta por las calles,
la preocupación se alojó de lleno en la mente,
mas, si os fijáis, en la mirada se denota el amor humano
y se acrecienta el servicio entre hermanos.
Estos momentos, hermanos chilenos,
los graba el alma y no se olvidan,
pero mientras pasa el tiempo, más claro se mira,
¡CUÁN GRANDE ES EL AMOR DE DIOS!
Quien en todo momento y en horas de quebranto,
os ha dado fuerzas y os ha mostrado que no estáis solos,
EL está presente; y, lejos, sin que os percatéis,
estamos presentes nosotros, de muchas maneras
y hacemos latente, la solidaridad humana.
Acrecentad vuestra confianza en Dios,
Quien os ama y os bendice.
Uno mi oración a la vuestra
2 de marzo, 2010
Annabella