Negreros con gris traje y corbata de seda
sólo engañan y mienten, cual ecos de sirena.
Pobres los africanos, viven sólo de andrajos
perdidos en un mundo, sin rumbo ni esperanza,
cruzar como se pueda, el mar Mediterráneo
en busca de la Europa, donde el sueño descansa.
Explotado trabaja, en pobreza descansa
llenaron su cabeza, de canastos de seda,
le venden fantasías: Cruza el Mediterráneo.
Por qué sigue oyendo, el canto de sirena
maniatado al pasado, dónde ya no hay esperanza:
¡Hijo de Kunta Kinte, aún llevas andrajos!
Te venden ilusiones y vistes andrajos
llegaste hasta Madrid, y el cuerpo no descansa,
con la manta en el suelo, vives de esa
esperanza
vendiendo baratijas, mintiendo que son seda.
Buscando la bonanza, oyes a la sirena
recuerdas con tristeza, cruzar el Mediterráneo
Sin quererlo las olas, del cruel Mediterráneo,
tragarón a tu raza, dejando solo andrajos
como al valiente Ulises, le arrebato la sirena
esa tripulación, que por fin ya descansa.
A vosotros su raza, arrebato la seda.
robando vuestras vidas, burlando la esperanza.
En la Europa mal sana, termina su esperanza
¿ para qué la hazaña ? ¿ porqué Mediterráneo ?
los llevas para España, le cruje ya su piel de seda.
Con la manta en el suelo, viste solo de andrajos
trabaja cada día, el negro no descansa
embaucado y perdido, por la locuaz sirena.
En este mar mundano, dónde está la sirena
nunca pierdas la fé: la ilusión, la esperanza;
ya que tu corazón, en tu negra descansa
esperando el retorno, sobre el Mediterráneo
ese negro no escapa, de los mugres andrajos
les ofrecieron oro, les dan migas de seda.
Sabio Mediterránereo, castiga a la sirena
que sólo con andrajos, no con pieles de seda,
matará la esperanza, del que en casa descansa.
Un beso y una flor.
Alfredo Daniel López