Temor
En algún lugar, en el paramo que mi alma oculta
Diminutas pulsaciones, mi corazón, el epicentro de la existencia
Que en cada latido mi sangre se entremezcla
De resabios horizontes, de la simple caricia
Mi espíritu se desquicia, locamente, vagamente
Pensar que el tirano tiempo, apagara los respiros
Enmudecerá el poeta en los susurros de los labios
¡Oh muerte insoslayable y tétrica¡
¡Oh sueño profundo, pétreo, frio y borrascoso¡
Atrás habrán quedado, mis primeros pasos
Mi melena crespa, la mirada perdida
En este tren del silencio,
Nostalgias abrigadas con brazas de leños secos, centenarios.
¡Oh los pensamientos que inundan mi cielo¡
¡Oh temor, disimulado y esquivo¡
Palidecen en mis parpados el peso de las vivencias
Huella al descanso deseado,
Pues aquí estoy, en estas letras como anhelando olvidos.
Pobre de este mísero instante, donde la noche reza
Y la escarcha va poco a poco asechando esperanzas.
Autor; Darío Ernesto Muñoz Sosa