Que fácil es perder la razón, no poder entender lo que los sentimientos dictan sin medir consecuencia.
A veces el corazón canta por su dicha amante, a veces el corazón se torna ausente que casi no se le escucha, y me pregunto por qué no canta, por qué sólo escucho su débil susurro en la alborada de un pensamiento triste.
Sonará ilógico, pero sin saber, la brisa está cargada de melancolía, fuera del razonamiento.
Amando me encuentro, sé que soy feliz, y no entiendo; porque a mi lado vive la ternura del ser más maravilloso que ha dado esta tierra; mujer, adoración y pie de sueños que conforman lo más bello de mi existencia.
¡Que ilógico!
¡Que fácil es perder la razón!
Que fácil es estar completo y pleno, pero sentir de vez en cuando una hogaza de la tristeza que irrumpe el esplendor de la vida amada.
Así me siento en esta contradicción.
¿Y las consecuencias?
Tal vez o quizás nunca lleguen, pero sé que en este instante me siento triste.
Mi tarea de hoy será por amor, he de guardar mi melancolía en una cajita de cristal donde en mi pensamiento ha de decir no tocar, y olvidarla será el mejor acto para poder vivir y sonreír.
Marc Téllez González.