Me enamoré de un poeta dijiste,
justo a mí que no soy poeta,
me gusta la poesía,
más no alcanzo para ello,
me sedujo el tono de tú voz,
impregnado de ternura y pasión,
nos sorprendió la madrugada,
sin ser un día cualquiera,
miraste mis ojos diciendo,
me enamoré de un poeta,
y fueron floreciendo tus labios,
como fruta que madura,
con los colores del amor,
del más puro amor,
sedosos cabellos sobre tú candorosa piel,
perfume de alambique sublime me embriagó,
un instante para toda la vida,
llegaste como la más bella poesía,
y tú cielo me entregaste con el primer beso,
el más divino beso,
locamente enamorado me arrulló tú corazón,
así,
así comenzó nuestro gran amor,
me sobra inspiración para una poesía,
que lleve tú nombre,
más no alcanzo para ello,
no soy poeta,
aún muriendo por tu amor.
Víctor Bustos Solavagione