A. Martinez

Breve amor

Con qué suave ternura

tu imagen se adelanta silenciosa hasta

donde reposan todos mis recuerdos,

me levantas del aletargado sueño,

traes a mi profundas sensaciones

y todo el lirismo de los años idos,

perfumando lo que ya no esperaba.

 

Paseo los dedos por  el papel,

y recuerdo aquella vez en que te invente un retrato,

imaginando el beso que nunca existió,

la soledad de las palabras mudas,
la fragilidad del gesto enamorado,

tú que te ibas y yo quedando,

pensándote tras mi reja enmohecida,

tras la ingrata pesadumbre del quizás.

 

Y adivino que sin tu recuerdo

no quedaría mucho de mí,

sólo cenizas y  pasiones sin alma,

revolcadas entre el polvo del adiós.