Que manera de encontrarse, ella estaba con el cabello suelto sentada en la banca de una plaza. El yacía, a unos metros, mirando el cielo despejado y con algunas nubes, tratando de interpretar, los deseos, que tenía de acercarse a la joven.Ella tenía los auriculares, puestos, sin prisa, tarareaba, alguna canción.
El vio que en su morral habían cuadernos, color rosa. Sabía, que ella sería la única mujer, que amaría.
Algo le palpitaba, dentro de su pecho, que era ella, luego de mucho vagar por el mundo, conociendo chicas, bellas, otras no tanto, pero siempre, era atraído, por algo que no sabía definir.
Sus dedos lo delataban, comenzaba a moverlos, uno tras otro, sobre el césped, donde estaba, tendido.
Su cabeza, apoyada, sobre una bufanda, color oro. Reojeaba, la actitud, de ella, indiferente y a la vez muy complaciente. Tomó coraje, deshizo sus miedos, en su mente, que si lo mandaba, al carajo, no sería, una más, sería la última, con la cual compartiría, el resto de su vida.
Entrecortado y pausado, al hablar, le dijo su nombre, me llamo Jorge y¿ tú? Ella que llevaba anteojos, le costó verlo, por el reflejo del sol, se puso la mano cerca de la frente...-¿ Te conozco?, le respondió. No nunca....