Tumbado en la cama
pienso si volver a nacer
o volver a morir seria
el remedio para mitigar
este dolor que tengo
y no veo más que tu rostro
y esa silueta tenue
que no me deja dormir.
En mi cabeza hay una tormenta,
un cansancio que no me deja sentir
la pesadilla comienza llorando
y la primera lágrima
que cruza mi rostro es por ti.
Me pregunto si me recuerdas
si las mariposas siguen volando
en torno a ti, si las aves del paraíso
no tendrán miedo a morir
si el tiempo que me queda
será suficiente para volver a sentir
tus caricias y tu beso
que eran la razón de mi existir.
Yo seguiré esperando
angustiado tus silencios
porque en tu ausencia
no sabré si el dolor
que sufro es por ti o por mí.
Y en tu defensa extirparé
el espíritu arruinado de la ternura
y veré con incertidumbre
que el final está cerca,
más cerca de lo que yo creí.