Eres dulce como néctar
liviana y cálida eres
cómo canción de plumas
tan ligera como el viento
debajo de las alas de las mariposas.
Diáfana como el manantial
que nace allá en lo alto de la montaña
casi tocando las nubes con tus dedos de lluvia.
Tierna como primer beso del amor más deseado
tocando con palabras el corazón
que en tus verbos se ampara en cálido nido
y sus sonidos se sienten en el rostro
como caricias del amor que de ti emana
en manos invisibles de la bondad
nutriendo la conciencia de esperanzas renovadas.
Al amparo de tus ojos sería grato
el vivir y el morir en tu mirada
herido por el toque casi sueño
de tus labios provocadores de encantos
y en tus manos acurrucarse a vivir
en el ansia de sentir la maravilla
de tu alma encantada donde
se puede encontrar a la abeja y a la flor
al zorzal y la amapola
a la arena y a la ola
al brillo del horizonte
y la más brillante aurora.