A. Martinez

Todo eres.

Eres dulce como néctar
liviana y cálida eres
cómo canción de plumas
tan ligera como el viento
debajo de las alas de las mariposas.


Diáfana como el manantial

que nace allá en lo alto de la montaña

casi tocando las nubes con tus dedos de lluvia.


Tierna como primer beso del amor más deseado
tocando con palabras el corazón

que en tus verbos se ampara en cálido nido

y sus sonidos se sienten en el rostro

como caricias del amor que de ti emana

en manos invisibles de la bondad

nutriendo la conciencia de esperanzas renovadas.


Al amparo de tus ojos sería grato

el vivir y el morir en tu mirada
herido por el toque casi sueño

de tus labios provocadores de encantos

y en tus manos acurrucarse a vivir

en el ansia de sentir la maravilla

de tu alma encantada donde

se puede encontrar a la abeja y a la flor
al zorzal y la amapola
a la arena y a la ola
al brillo del horizonte
y la más brillante aurora.