Cuando yo era joven
era un niño maravilloso
que quería ser poeta sin saberlo.
Mi madre
hija de un hombre de letras
el cual era también poeta
los conocía en carne propia.
Pero en mi casa no,
no había tiempo para las artes
ni menos para la música
otra faceta que tenía yo
e ignoraba de algún modo
el llamado que me aguardaba.
Con trece hermanos
la hermandad de la retreta
el orden
la limpieza
la comida
las escuelas
la ropa marcada
por mi madre
que era algo así
la que estaba a cargo de todas estas hormigas
niños comunes y corrientes
y no artistas
niños con la cara sucia y mojada
no como yo
perdido en esta celda comunista
donde todos éramos iguales
y no había tiempo para la poesía.
Tiempos idos
pretéritos
pues la crianza lo necesita
la educación
la formación de estas alma que cohabitan.
Y finalmente me terminé haciendo solo
y mi letra desconocida despertó
y hoy es vida
alegría
compañía
y obra bendita.