Magno encanto de melodioso existir
como ventisquero estelar titilante de mujer
desde que fui grano de aurora, has sido mi luz
que activó la vertiente de mi sonrojado ser.
Cuando mi paso no tropezó logré sostener
una homónima hermosa celosa de tu esplendor
con sus corolas perfumadas por las manos de Dios
y su inexistencia abarcable sólo por mí,
así comprendí que tu esencia pomposa, tierna y sutil
ha de fundirse con el clamor del fondo de mi interior
como la unión del viento solemne y la brisa sincera
surcaré el edén hasta haberme mezclado a tu sensible corazón.
Amor, amor, tu heterónimo hacia mí,
con el cual te invoco para esbozarte como pintor
e inmortalizar tu belleza de pies a tus cabellos
y sean admirados como tu alma lo es en el cielo.
¡Ahora entiendes lo que provocas en mí!
cuando me rozas con tus frutillosos labios
concatenamos en un sueño carmesí
donde nuestro beso imperecedero ilumina sin control.