Te cantaría las penas, pero ya ha pasado tiempo ¿Sabes?
Debería parar a escribirte mis fantasías y los recuerdos
Que tengo de nosotros, pero el corazón memoria no tiene ¿Entiendes?
Deberá pararme un centímetro atrás de la manilla del reloj
Y descansar ahí y esperar un milagro para caminar hacia atrás.
Ya no te escribo de amor, te escribo de las memorias de nos.
El corazón ya no recuerda, pero si dibuja con las vibraciones de los latidos
Si hasta sombra y luz le pone a tu retrato con una exactitud de ayer,
Tanto así que puedo decir que tus ojos aun brillan verdes al atardecer.
Si no fuera por ti mi corazón no pareciera un maratonista de recuerdos,
No pintaría los paisajes ni tu ropa, no vibraría como en el primer instante,
En los primeros momentos, no recordaría un beso de hace años,
Besos de esos en los que se empiezan a contar los años,
Y aunque nunca haya sido un coleccionista de fechas si coleccione los latidos.
Ya no te escribo de amor, pero si te interesa puedo caminar
Sobre el suelo, a 10 centímetros del piso y ver cómo selecciona los respiros,
Para que no entre ninguno contaminado de risas falsas y risas tristes,
Te veré alegre alardeando de tu felicidad, de ese brillo de todo
Que tienes tú, y no te culpo al pasar desapercibida en los cielos
Si al final el que no observa nunca mirara una luciérnaga brillar en tu cabello.
Lo siento, termine hablando de amor, de ese amor de ayer,
Ese amor de “Lo sentí”, ese amor de “no olvide”, de ese amor,
De ese amor te vengo hablar y un poco a recordad,
De ese amor de bolsillos vacíos, zapatos gastados,
De ese amor de haber caminado juntos,
De ese amor que dejo de caminar a mi lado,
De ese amor de quizás con quién.
Te vengo hablar de mí, te vengo a decir que el camino es largo,
Pero intentaré siempre pintar un atardecer en que tus ojos brillen verdes.