Irrumpen los cantos en mi ventana,
miles de aves presagian el nuevo día.
Yo en silencio te siento y te hago mía.
Evoco tu presencia en esta mañana.
El viento peina suavemente la natura,
aroma primaveral fluctúa en el aire,
la jornada floral despliega su donaire.
Imposible no loar por tanta hermosura.
El sol me recuerda tus rubios cabellos,
El cielo el azul de tus hermosos ojos,
profundos y bellos, de puros destellos.
Bendito sea Dios por este regalo hecho,
hablo del amor, que ensancha mi pecho
y crece día a día bajo humilde techo.