Debajo de la palmera
Cantaba una rana loca
Cada vez que sonreía
Le iba un insecto a la boca,
Se lo comía tranquila,
Lo saboreaba solita
Y se volvía a nadar
Para buscar al sapito
Que la esperaba contento
En el café de la esquina
Con una flor en la mano
Y el cariño de su amor.