Confío en tu amor ciegamente,
locamente y perpetuamente.
Confío en tu mano que me abraza,
en ella que alimenta mi alma.
Confío en nosotros y en al amor,
un hermoso amor que nos resguarda.
Confío que todo lo que te doy es por y con adoración,
confío que lo tuyo es de todo corazón.
Aunque las tempestades sean fuertes,
aunque no vivamos apegados a lo que se nos dicta,
yo confío en tus palabras, confío en lo que sientes.
Aunque todo apuntara a quebrarse,
aunque mis pasos flaquearan mil veces,
confío en la luz con la que me sostienes.
Confío como el niño en su santa madre,
Confío como el ave en el viento,
Confío como el viajero en las estrellas
y el astrónomo en su Marte.
Confío en tus palabras y en tus pasos.
Esto de mi parte es mi mayor regalo.
Regalarte la confianza a pesar de las experiencias,
a pesar de las tragedias, a pesar de las malas jugadas.
Confío que en el camino siempre estén juntos nuestros pasos.
Confío en el valor que le das a cada uno de mis actos.
Confío, confío, confío.
Nunca creí poder decirlo, pero en ti me fío.
Me fío en ti como me fío en el amor de Dios,
como confío en que sabrá entender mis acciones.
Me fío en ti como en él y sus hermosas promesas,
me fío en tus ojos, en tus manos, en tu cuerpo,
simplemente por una razón,
esa razón tiene un sólo nombre, se llama amor.
Y qué es el amor si no la magía que mueve al mundo,
la mayor expresión de la belleza, la mayor expresión de Dios.
Confío en ti como en este bello sentimiento,
confío en ti como la tragedia en la esperanza,
como la soledad en la compañía,
como la ignorancia en la sabiduría.
No sueltes nunca esta armonía, permíteme decirte por el resto de mis días
confío en ti, como en este amor que siempre nos guía.