A ti, mi vida ya pertenece
desde ese día que mi destino
anudó nuestro amor y camino
que al paraíso ya se le parece
pues mi vida, felicidad merece
abrazos en palabra, besos en vino,
un cuerpo en dibujo, un amor fino
un cariño que de día florece.
A ti, que desde que te vi ese día
borraste de mi rostro lo triste
extirpando del corazón la melancolía.
A ti, que mis versos conviertes en canto
y eres la mano que mi alma desviste
te amaré desde hoy tanto y tanto.