A. Martinez

No-tu, no-yo

Ahora, en medio de esta zozobra

la casa me pesa como una casa

el tiempo se comporta como si no

le importara nada haciendo caso

omiso de segundos que no quiere contar.

 

El aire espeso se atrinchera y no

viene a ocupar todos los espacios

en mis pulmones pero yo lo entiendo

hay demasiados suspiros arrinconados

ocupando el lugar donde debería

estar el néctar de tus besos.

 

Tu no-rostro frente al mío me sobrecoge

espantando instantes que se van

en enmarañadas fantasías que no fueran

si tan solo tuviera tu voz de compañía.

 

Y lo grave es que estás  en tu no-estar

entonces me desconcierto queriendo

besar tu no-boca abrazar tu no-cuerpo

oír tu no-voz mirar tus no-ojos.

 

Creo que yo también me iré a pasear

un rato para darle tiempo a mi no-yo

a que haga lo que deba hacer con el no-tu

que se llenen de no-besos de no-abrazos

de no-aromas y otras cosas de no-decir.