Llega la noche
con el calor de la calle,
Su alquitrán vestido de gala;
Todas las armas cargadas.
Llega la noche
y se agolpan en mis labios las palabras,
Tan pesadas en mi mente
Tan livianas en mi alma.
Esta noche mis caricias
No descansarán en tu piel,
Quedarán entre las sábanas, desveladas,
Adivinando tu silueta en ese mar silencioso.
Buscando donde no hay nada
Lo que espero en las mañanas,
Lo que extraño
Aunque sean pocas las horas pasadas.
Un ligero viento llega sobre mi rostro
Me engaño, me miento;
No es tu respiración, no es tu aliento,
Otro artificio de metales,
Otro derviche danzante.
Sueño contigo todas las madrugadas…
O bien no sueño con nada…
Si mis besos tuvieran un destino
Aunque sea onírico,
Aunque sea manchado de óleos y pasteles
Aunque sea solo un abrazo de redes;
Y nunca más esta deriva
Momentánea entre los siglos
Madre de tantos acordes
Algunas veces temida,
Otras olvidada,
Como un deseo de tibieza en mares del norte.