AYER (de mi libro “Apocalíptico”)
Ayer fuimos al monte de Getzemaní
y encontramos las lágrimas de Jesucristo:
manchas rojas en el piso
bajo los viejos olivos.
Y miramos para el cielo,
y nos pareció ver su rostro
que se mecía en las nubes
por un momento...
-“¡¿Tú lo viste?!”... preguntaban,
-“Me pareció”... -“No lo creo”...
(siempre hay algún Tomás,
siempre hay Juanes y Pedros)
Ayer los hermanos estábamos
orando, clamando, pidiendo,
y a todos nos acariciaba
una brisa de recuerdos:
Jesús en Getzemaní,
expectante ante la muerte,
pidiendo porque nosotros
¡seamos uno como ellos!,
ese más grande misterio:
¡Jesús es el Padre Eterno!