En la China fue Confucio el maestro superior
Encontró que es, de la vida, el respeto lo mejor;
En vieja India fue Gautama el maestro iluminado,
El que desvelo el Nirvana y el saber cómo alcanzarlo;
En Egipto fue el gran Hermes, maestro tres veces grande,
Con su Tabla Esmeraldina dio las bases al que sabe;
Gilgamesh en Babilonia nos vino a demostrar
Que sólo crece el que vive, que la muerte es el final;
Entre los pueblos hebreos fue Moisés su salvador,
Les mostró lo que es pureza y también lo que es rigor;
En la Grecia era Sócrates la gran muestra de humildad:
-“Sólo sé que no se nada”, era soberbia verdad;
En Roma Jesús brillo, como supremo lucero,
Principio, alfa y omega, el camino verdadero;
Luego habló San Agustín, todos debemos cambiar,
Con la fe y la conciencia todo se puede lograr;
En el gran Renacimiento, viene toda la belleza:
Será el gran Leonardo creador de obras maestras,
En el siglo XVII, predomina la razón,
“Ese pienso, luego existo” todo el siglo domino;
Ya para el siglo XVIII, Goethe estudió la luz,
Demostró que el sentimiento y el demonio eres tú;
En el siglo XIX, en su primera mitad,
La palabra más querida sólo era libertad;
Después vino Charles Darwin a demostrar con derecho
Que será la evolución el fundamento del hecho;
Luego aparecerá Freud con una nueva propuesta
Llevamos en el interior la real causa secreta;
Albert Einstein concluyó con su relatividad
Que no hay verdad ni mentira, sino subjetividad;
Hoy, en el siglo XXI, nos acercamos al final
Los maestros somos todos: AL MUNDO HAY QUE SALVAR…