Araceli Vellber

Por donde vienen los besos.

Por donde vienen los besos.

Me llegaban tus besos,

         por carta,

         yo esperaba, al cartero.

Con las manos temblorosas,

         abiertas, mirando el cielo

         abiertas, como flores de azufre ardiendo,

         esperando, el tiempo,

         esperando, el cartero,

        que dejara, tus besos

        frescos, desde la otra parte del puerto.

Allá, donde sale el Sol,

mientras yo acá, duermo.

       Pero ahora, con tus besos.

Entre ese tránsito, del Sol,

por encima, de nuestros cuerpos,

todavía, quedan carteros,

para que en la inmensidad, de la oscuridad

jueguen, con florecitas de azufre ardiendo

e iluminen, los ojos blancos, y destierren el miedo.

Por eso, sigo esperando, mis besos

y sigo, esperando, mi cartero.