Benjamín Nicolás

Tú mismo

Tú mismo te pierdes, siempre te descuidas.

Tú mismo te cierras y después te limitas.

Tú mismo te hieres, no expresas tu vida.

Tú mismo repeles y después no te explicas.

Tú mismo prefieres seguir a la espera,

De una luz divina, de la medicina.

Tú mismo eres la respuesta,

A tu misma pregunta que se manifiesta,

Como una propuesta del alma,

Que pide justicia, que vive con calma.

 

Tú mismo eres esclavo de la conciencia,

Tú mismo eres prisionero del pasado,

Tú mismo eres lleno de impaciencia,

Eres inicuo e inapropiado.

Decides ser común y corriente,

Tú mismo eres ciervo del gobierno,

Tú mismo eres el inconsistente,

Tú haces del campo un terreno yermo,

Tú mismo llegas impuntualmente,

Tú mismo decides ser débil y enfermo.

 

Sigues siendo el mismo inconsciente.

Tú decides ser el decadente.

Vuelves a caer, confiar ciegamente,

Tener fe a personas malvadas de mente.

Tú mismo desvías, no miras de frente.

Te crees lo que dice de ti la gente.

De nuevo sigues sin saber expresarte,

Tú mismo eres incapaz de liberarte,

De las cadenas de la genialidad escondida,

Tú mismo puedes encontrar la salida.