Bendita rosa que en capullo
ruboriza entre los rayos del sol
la belleza de su grandeza.
Inmaculada se erige como reina
y se desfila el pétalo
la delicadeza de su belleza.
Muere el ocaso besando sus pétalos,
despierta el amanecer,
en candor de su lozania se desplaza
la gota de rocío.
Allá sigue la rosa,
y en desfile de pétalos
tapizado se pierde el sendero
de colores con
la danza del viento.
La besa la mariposa;
deleita su nectar
la abeja libadora;
entre los pistilos de aroma
se desplaza la oruga,
que en vuelo de mariposa
se adornaraá el azul cielo
y en sendero multicolor
la bella rosa se perderá
en el ocaso de la orfandad.