Hoy; como ayer otro día, como tantos que han pasado
que la soledad quisiera, sin pensarte todavía;
y aunque el frío de este día se apodera y es mi guía;
huyo de aquellos encuentros de tremenda hipocresía.
Saberme solo me aterra, no concibo esa porfía;
pero el frío de la mañana noticias y corrupciones
que nos limitan y agobian, me hacen pensarte querida;
querida, querida... Querida mía.
Vuelo de nuevo al pasado que alegre fue mi cobijo...
...Y una pareja de niños, corre por la selva de cemento.
La tarde se ha vuelto noche, cae lluvia sin cesar;
dos cuerpos, dos corazones; inexpertos, ansiosos, plenos;
avanzan hacia un destino que nadie logró pensar.
Como si hoy fuera el momento, lo recuerdo y veo la imagen;
cierro los ojos y puedo oler su exquisito aroma;
siento el deseo de su cuerpo por entregarse a mis besos,
y una lucha misteriosa contra desatadas fuerzas,
de un desconocido amor.
No se presentó, nadie supo que ahí estaba
se apoderó simplemente de cualquier razonamiento;
cualquier decisión tomada, a partir de Él temeraria,
nos empujó sin destino a un sentir trascendental.
Fue hermoso, lindo, glorioso, vivir en el paraíso
pero inevitablemente la realidad nos despierta
para mostrar otra fase que hay que sentir en la vida,
madurando y comprendiendo que todo esto es el amor.